Entramos con ganas en la segunda primavera del año. Pasadas las vacaciones calurosas, como si el tiempo quisiera darnos un respiro. Mañanita con amenaza de lluvia, agradecimos el cambio y acudimos a la cita el: 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de la Virgen, que los valencianos dedicamos a “les Mares de Deu trobades” ¡felicidades!. Nuestro destino buscaba la paz del verde naturaleza y la del desierto que es como los eremitas denominaban el retiro, apartados del mundanal ruido; en nuestro caso El Desierto de las Palmas, lugar no de palmas datilíferas, si “margalloneres” útiles para hacer escobas en los para nosotros mejores tiempos; el cenobio, las instalaciones del aula de la naturaleza y el magnífico restaurante ofrecido en la convocatoria, justificaron el viaje. Mayormente conocíamos o intuía quien no, que el enclave merece visita respetuosa, por su panorámica contemplación, rodeados de arboleda particular, en el regazo de las montañas y abiertos a La Plana, sin más infinito horizonte que el mar, festeado por Benicàssim, Oropesa… los verdes van madurando entre los claros de nubes grises, pero el cielo sigue azul y el sol no molesta.
La obra de recopilación y muestra didàctica en La Bartola nos enseña a amar la naturaleza.
Pero la bienvenida del fraile carmelita, dándonos cuenta de qué y por qué de lo que en el monasterio se acoge y ofrece, resumen de espiritualidad, historia y tradición, nos vino muy bien para entenderlo todo y admirar arte y devoción, mientras añorábamos un descanso de las vacaciones, que sí nos hacen cambiar la rutina, también a veces nos atropellan en su vorágine. Por eso la comida en el privilegiado balcón, que te suspende como al aire, tradicional, bien presentada y mejor gustada, nos acercó al cielo.
Acabamos la jornada a la vera marinera de La Concha en Oropesa, magnífico sitio para el baño, vimos su alquería fortificada en torre y pasamos por el mogollón de Marina d’Or, camino de un turismo más selecto en Les Plagetes y el encanto de las Villas de Benicàssim. Día completo y encuentro feliz.
Per a Octubre tenim una eixida de sucre: Ayelo del Malferit, su museo de Nino Bravo nos recordará nuestra juventud desenfadada, su Palacio Consistorial histórico y su licorera del XIX. Comeremos lo que dé la tierra en el Pansat y por la tarde nos espera Segrelles, esa maravilla de arte y creatividad tan desconocida en su profunda altura, sin contrasentidos. Las calles de Albaida, su palacio y sus caserones. De las típicas sorpresas de cada viaje ya daremos cuenta.
Para Noviembre tendremos 2, 3 y 4 Jornades dels Escritors en el Monasterio de Sant Miquel i el Reis, con visita guiada al monumento, para quien no lo conozca. El día 10 otra visita monumental para conocer el arte funerario que tanta escultura guarda nuestro cementerio municipal y en visitas de duelo no advertimos. En Diciembre, el día 15 almorzaremos y visitaremos en Bancaixa “Hechos de agua” una interesante exposición. Luego la ya tradicional “picaota de Nadal” visionado de fotos etc. con el clásico intercambio de loterías, planes de futuro y goce del presente. Y nos despediremos cada día más felices de encontrarnos. Anímate a disfrutarlo.